Ana Claudia Múnera
Medellín, Colombia (1966)
La añoranza por el ayer y, sobre todo, por el hogar de familia, han sido un atractivo dentro de la obra de Múnera. La artista se ayuda de objetos cotidianos para lograr transmitir esta nostalgia, puesto que no hay nada que se asocie más al hogar que los objetos de aseo que se usan recurrentemente para limpiar la casa y los objetos utilizados para preparar, presentar y servir la comida, la artista los utiliza como medio para crear sus obras. Estas generan un vínculo claro con situaciones de la vida de Múnera y con la visión que la artista tiene sobre diferentes aspectos de la vida como las relaciones, la educación y la sociedad. A estos se suma, por supuesto, el elemento de la música; componente que, sin esfuerzo alguno, produce de inmediato la evocación de momentos pasados.
La alfarería es uno de los primeros gestos de humanidad y que permanece aún en nuestro imaginario colectivo como una referencia al líquido, a la fertilidad, al útero universal. Ofrenda se compone de una serie de vasijas que, como objetos preciosos, se ofrendan para lo sagrado y se disponen en un círculo ritual. La artista comienza a romper una a una, de más pequeña a más grande, para generar los restos que incorpora en la vasija que sigue en tamaño. El objeto ritual se destruye para ofrendar al otro, sucesivamente. Si bien hace alusión al papel de la mujer dentro de la sociedad —la vasija como símbolo de la labor femenina en el hogar—, Ana Claudia rompe con esta relación al ser ella quien destroza las vasijas, en este caso, elaboradas por un alfarero artesano.
En su performance Mantel solar, Ana Claudia utiliza un tocadiscos donde se escucha un disco de vinilo de la cantante peruana Yma Sumac. Múnera evoca, a través de la música, el recuerdo de su padre, propietario original del disco. El hecho de hacer este acto debajo de un mantel —descrito como «popular» por la artista— produce en ella una remembranza por sus juegos de infancia; meterse bajo un mantel para sentirse protegida o sólo para esconderse o para oír música. Este mismo ambiente de lo cotidiano es el campo en el cual Múnera concibe Ofrenda, compuesto por una serie de vasijas rústicas que rompe y convierte el material ya manipulado y útil en trozos inservibles, pero que pueden volver a la tierra para formar algo nuevo. Crea también Vajilla bendecida, que sigue una costumbre muy común de bendecir objetos o espacios para consagrar a Dios y sentir así la seguridad de una ayuda superior que, en este caso, podría hacer referencia a la abundancia que se desea sobre la mesa.
Hestia
Videoperformance, 7:35 min. (2011)
El performance Hestia, realizado por Múnera en 2011 revela a una mujer con traperos adheridos al cuerpo que utiliza una mesa en la cual se sube o se esconde debajo de ella. Despojo, por su parte, es una instalación compuesta por una mesa de planchar, una plancha y un vídeo que evidencia cómo, de un estado líquido, surgen alrededor de veinte objetos realizados en cera, por ejemplo unas jarras, un teléfono y un frasco de perfume. Ambas obras son un gesto de la percepción de la artista sobre los roles, las acciones y quehaceres del hogar tradicionalmente femeninos impuestos por la sociedad a las mujeres. En Hestia —como se le conoce a la diosa griega del hogar— la mujer parece luchar con los objetos ajenos a sus extremidades y en el caso de Despojo, los objetos aparecen de una manera espectral, como si estuvieran atormentando a la mujer que canta. En esta muestra, Múnera busca transmitir sus percepciones sobre la vida y sobre la sociedad que la rodea. Con ayuda de elementos, tanto del medio físico como del inmaterial, la artista consigue entremezclar técnicas con recuerdos, materiales con vivencias y el pasado con el presente. La exposición plasma entonces sus opiniones sobre el papel de la mujer en la sociedad, la relevancia del acto religioso y la importancia y trascendencia de mantener rituales personales en la cotidianidad
Eclipse
Desde las culturas ancestrales, en sus inicios míticos, la imagen de lo femenino siempre ha estado ligada a figuras como la liebre, la luna, el cuenco, la noche. Así los ciclos de renovación y fertilidad, asociados a los cambios de estaciones, se incorporan a los ritos de los pueblos para cifrar el misterio de la mutación de la vida en el planeta y en cada cuerpo que lo habita. En esta confluencia de símbolos, uno de ellos se torna en componente central de lo femenino: el recipiente, que se adhiere a una idea fundacional, a saber, con tres valores, cuerpo, mujer y recipiente, una especie de trilogía, que representa la vivencia elemental de lo femenino. Dichos signos de la cultura se amplifican además con otras ideas, como el eterno retorno, los rituales sacrificiales de la fertilidad, los ritmos planetarios y la transformación de las formas biológicas.
Box Populi
2015
La obra Box Populi es un caja que contiene imágenes alusivas al ámbito de las ventas callejeras de la ciudad de Medellín. Es un objeto con una historia particular,
que ha sido intervenido y se convierte en el soporte que alberga una pequeñas cajas, a manera de compartimentos que contienen más de quinientas fotografías, un reproductor de DVD, un fragmento de un coche de bebé . Todos ellos, además de hacer parte de la escultura, dan cuenta de una investigación sobre el objeto del coche de bebé, reutilizado por los comerciantes informales para transportar sus ventas callejeras en diferentes lugares del país y a lo largo de varios años.
Canción de cuna
Instalación. Dimensiones Variables. 2015
La manera como un acontecimiento histórico afecta o influye en la memoria individual adopta formas tan complejas como la propia interpretación de los acontecimientos universales. En este sentido, no se podría hablar de una sino de múltiples memorias colectivas inabarcables, y conformadas por millones de fragmentos que cada cual privilegia en sus relatos generacionales. En Canción de Cuna, las piezas que la conforman: cunas, un redondel con naves de guerra y otros elementos se articulan con imágenes familiares y de medios impresos del mismo momento: La Era Espacial y la Guerra Fría, además de secuencias audiovisuales de las nubes que dejaron los cohetes en su ascenso a la Luna. Los esquemas que medían las fuerzas del armamento de las dos potencias en dos colores, para los dos bloques en pugna, se incorporan en el espacio como motivo menudo distanciado, irónico y poético. La referencia a la Revista Life en español de finales de los años 60s, contrasta la ensoñación estética de los iconos de la infancia con los fetiches balísticos, más el eco de relatos literarios, religiosos y periodísticos: Bradbury y el Eclesiastés, Kennedy y las cartillas del higienismo moderno.
Errantes
Errantes es una video instalación que se vale de las posibilidades sonoras, visuales y espaciales para representar plásticamente el tema del desplazamiento forzado de la población, ya como fenómeno actual nuestro ya como problemática social de carácter universal. La video instalación está conformada por cuatro estructuras metálicas y cada una soporta un monitor. Tres de ellas se desplazan erráticamente por el espacio, giran sin previo aviso, se chocan con las paredes y entre ellas o los espectadores, para luego cambiar de rumbo. Mientras se mueve lentamente el observador puede seguir a los autómatas para ver en sus pantallas videos que nos muestran desde una mirada subjetiva caminos de tierra, imágenes en disolvencia de personas que cuentan en cortos fragmentos, la experiencia del camino recorrido mientras huyen de su casa o hablan de objetos o animales que dejaron en su huida.
Cada uno de los tres errantes está representado por una estructura metálica como soporte de un monitor que muestra un video en el que se intenta atrapar el alma fragmentada de los errantes. Cada video muestra imágenes alusivas al viaje, los objetos livianos de sus afectos y lo que dejan atrás en su constante errancia, la memoria, el cuerpo, el hogar, su pasado y presente. La cuarta estructura es la única fija y representa la casa, el recorrido es de una casa campesina que se muestra a través de sus paredes y sus sonidos cotidianos, un televisor prendido, las gallinas, una niña que llama a su perro. La idea de pérdida implica diversos valores que se convierten en formas, imágenes, que buscan redescubrir lo esencial, lo añorado más allá y más acá de la vivencia descarnada del éxodo.
Palomares
El video vuelve a poner en escena una foto de infancia de la artista en un lugar de la ciudad de Medellín. La reconstrucción de este fragmento de la memoria se ubica en el entorno de un parque, junto a una fuente a la que van los visitantes a tomarse fotos y a pasar un rato festivo. Este es sólo el pretexto para presentar una visión dramática de la intensidad del paso del tiempo y de la fuerza telúrica de los elementos como el agua, el fuego y el aire. En los recintos en penumbra de los palomares se desatan combates guiados por el instinto de supervivencia y territorialidad; las aves y sus fluctuantes y lentos aleteos, en presente, provocan el contraste con las imágenes creadas por la memoria fotográfica, en pasado. La música es la que realiza el puente entre todos los seres y el espacio que los convoca.
Palomares
Video arte, 6:09 min. (2007)
A la rueda rueda
Este proyecto surge a partir de una exploración de un objeto industrial, el Coche para Bebé, y de la apropiación cultural que un grupo urbano hace del mismo con fines distintos para los que fue diseñado y producido en serie. Esta reutilización no está desligada del entorno de una economía informal de sobrevivencia que hace parte del problema de crecimiento y marginalización de vastas zonas de las ciudades colombianas.
El objeto como tal, transformado y reacondicionado como carrito de ventas callejeras (dulces, café, cigarrillos, mazamorra y jugos, entre otros) recrea y adapta las formas preestablecidas por el diseño serial de distintas épocas, tendencias y materiales con elementos propios de otros entornos; para convertirse en un híbrido cultural, entre la estética industrial y las mediaciones urbanas.
Es un hecho que los coches marcan surcos en la calle, que recorren el espacio y dejan su estela de olores y pregones callejeros. Por eso es que la acción intenta prolongar estos surcos con un gesto simbólico.
A la Rueda Rueda es una performance conformado por 120 vendedores ambulantes que utilizan los coches. El punto de encuentro es el Parque San Antonio. La acción comienza con un gran círculo al son de los tambores que tocan algunas notas de la canción infantil “A la Rueda Rueda”. Luego parten de allí por la calle San Juan hacia el Parque de las Luces que atraviesan de forma zigzagueante y recorren Carabobo hasta llegar al Parque Botero.
Matriz
La obra presenta una estructura a manera de tótem vertical en el que se integran dos máquinas de coser y una pantalla de video en la que aparece la grabación en plano cerrado de una lengua humana. La forma de la estructura semeja la forma del aparato reproductor femenino y está revestida de una fina superficie de terciopelo rojo que le otorga una fuerza visual donde se contrasta la dureza y la sutileza de los materiales y los colores.
Ronda
Esta instalación la conforman 6 esculturas; cada una construida con cabezotes de máquina de coser antigua, y con una figura de balancín o mecedora que alude al juego de las rondas infantiles. La posibilidad de movimiento evoca además el recuerdo de la madre que mece. Las cinco esculturas están unidas por un hilo que las enreda para conformar un círculo que le otorga la forma de la ronda en movimiento.
Vestido de novia
“Una elegante y sutil instalación con dos monitores que subraya la paciencia, dedicación y precisión del bordado como oficio. El tul en doble cola se desprende de los dos televisores, invadiendo y ambientando las manos hacendosas que las pantallas señalan.” – Miguel González
“Dos monitores de espadas el uno al otro. Unidos por una especie de red, semejante a un cordón que enlaza el escote profundo de un vestido de novia. Cada monitor va vestido con un largo y abundante velo de tul. Las imágenes en un monitor muestran como la tela entra a la máquina, y el otro, como sale ya cosida. Suena el talabarteo de la máquina.
Los monitores vestidos con el velo de la novia. Los monitores integrados; cuerpo de la obra, presencia manifiesta y generadores de las imágenes que serían el cuerpo ´virtual´.
Dos monitores vinculados por una especie de encaje-eslabón. Dos monitores novia. Dos presencias femeninas. Lo femenino como añoranza, lo femenino creador. El gran ausente: lo masculino. El ´amado´ presente en una mística virtual, inaprensible, polo imaginario. Este arte que las mujeres legan de generación en generación… El legado de las mujeres. La soledad de las mujeres. Las mujeres cosen o tejen cuando el hombre se ausenta.”
Alma Quimera
En una pequeña almohada de terciopelo blanco, adherida a la pared, se proyectan fragmentos de una piel suturada con burdos remiendos. Se trata del hule rojo que recubre los buses urbanos de Medellín, una práctica común para restaurar las heridas hechas por los mismos pasajeros con armas blancas y cuchillas. Al fondo se escucha una música distorsionada e incomprensible que puede ser una canción de amor o de guerra, acaso metáforas de las marcas de violencia en la memoria de ciudad.
Voyager
La artista Ana Claudia Múnera descubrió en el Museo Minero de Bochum la llamada bomba “Dahibusch”. La bomba “Dahibusch”, una cápsula de acero en forma de cigarrillo, fue inventada a causa de los muchos accidentes ocurridos en las minas con la idea de salvar a los mineros que quedaran sepultados. La bomba “Dahibusch” es para Múnera tanto un testimonio histórico de esta región, como una metáfora de la propia situación en el lugar como forastera. Es una instalación de video que se encuentra en el desván de la Kunstlerhaus; la Artista interpreta la bomba “Dahibusch” como cápsula de tiempo, nave espacial, capullo y féretro. Representa movilidad y aislamiento al mismo tiempo. Tres monitores se encuentran colgados de una escalera metálica, uno encima del otro. La pantalla del monitor superior está dirigida hacia abajo, la pantalla en el centro hacia adelante y la inferior, hacia arriba. Se muestran tres escenas distintas. Abajo vemos una película en blanco y negro. Ésta muestra a la artista subiendo lentamente a una capsula de acero con forma de ataúd, la bomba ”Dahibusch”, y, seguidamente, yaciendo inmóvil. Otra mujer representada por Mariluz Alvarez, empaca prendas de vestir en la cápsula. Preparando el viaje.
El monitor central muestra tomas de las bandas de guías que Múnera hizo desde el coche en marcha, estando en el camino. El movimiento de las bandas de guía se lleva a cabo verticalmente, lo que hace que la mirada del observador se dirija al monitor superior. Aquí vemos manos que a contraluz con el sol y las nubes se ocupan de jugar a la “escalera al cielo”. Con una banda que se encuentra estirada entre dos manos, se forma diferentes figuras en forma de red, que pueden ser modificadas por los jugadores al tomarlas con las manos. El viaje no termina con la llegada a un lugar.
Continua hacia un tejido suelto cuyas constelaciones siempre se reproducen a sí mismas. Un juego seguro que mantiene a los jugadores juntos y a la vez cautivos. Múnera escogió el lugar para su instalación de manera muy consciente. La siempre presente construcción de acero del entramado del tejado está situada de tal manera que representa la fórmula de la grandilocuencia religiosa. La rimbombancia espacial es propulsada continuamente por la escenificación de la luz. A ello se le añade desde el OFF y en un lazo infinito fácil de retener en la memoria la escena final de la película “Blade Runner”. La pompa se mezcla con una atmósfera de Ciencia Ficción, de irrealidad: He visto cosas, que ustedes los humanos no creerían nunca…. barcos quemándose… todos estos momentos se perderán en el tiempo, así como las lágrimas en la lluvia… tiempo de morir”. Mirar y perderse se vuelven una sola cosa.
La artista coloco pañuelos de tul de forma triangular en la construcción del tejado. Junto al efecto de escenificación como “dibujante patético” de la sala, la estructura de la sala, la estructura de la tela evoca la de la telaraña. Capullo -nuevamente la referencia a la capsula y al encapsularse. La instalación “Voyager” está compuesta de un gran número de fragmentos asociativos. Viaje al pasado, el viaje al futuro, aislamiento, ligadura, entretejido, juego, dinámica, progreso, estación, inmovilidad, recordar, olvidar, perdida, salida a mundos infinitos, el fin del Mundo. Proporcionan una imagen discrepante del viaje.
– Catalogo de la Exposición Inside out Outside in.
Kunstlerhaus Dortmund.1996. Iris Dressler, Hans D. Christ.
Colombofilia
Una paloma yace en el piso de una calle de Durmont, Alemania. En la videoinstalación, la imagen ha sido proyectada sobre una superficie de gasa quirúrgica, sin ningún tipo de banda sonora excepto la alusión escueta al silencio que gravita como réplica del sino trágico. La obra se muestra justo en un momento en el que Colombia pasa por una de las rachas de violencia más duras e insolubles, en la década de los noventa.
Colchón
La obra parte de una imagen arquetípica sobre la mudanza no siempre voluntaria de los seres humanos. Es justamente en esta situación donde surgen las más diversas formas de la exclusión, el desarraigo, el marginamiento y la soledad. La línea fronteriza que separa una región de otra, un país de otro, es también la marca que nos distancia de una lengua común, de un pasado y de unas filiaciones afectivas; dicho alejamiento está habitado por diversos matices sensoriales y malestares del alma. A la vez que todo viaje implica una fuga del nicho habitual también se convierte en un ritual transformador, con consecuencias en la percepción del mundo y en las sicologías. A menudo se ha dicho que la huída a otros lugares también ocasiona el retorno al origen y a los espacios de la memoria.
Videoescultura. 70 x 50 x 50cm. 1995
Cielo abierto
La infancia como motivo sensorial, como fuerza impulsiva para la indagación en la memoria afectiva se convierte en el pretexto de la obra Cielo Abierto, una exposición compuesta de cuatro piezas de videoinstalación que establecen un diálogo entre sí y a la vez se convierten en una experiencia estética de múltiples resonancias en el espectador. Mataculin, Caja de canicas, Columpio y Mesita conforman un conjunto cuyo registro audiovisual y propuesta escultórica están en consonancia con el tema del juego; ya como vivencia fundadora del individuo, ya como forma de interacción con el entorno y como expresión de la ensoñación primaria de la que se nutren las experiencias del arte desde el proceso de creación misma o como reflejo en quienes lo contemplan.
Máquina
“Máquina nos lleva al lugar imaginado del origen. La pieza consiste en una máquina de coser sobre una mesa con pedal, totalmente cubiertos con un forro de tela blanca, cosida a mano con hilo rojo. Indirectamente, esta pieza también evoca símbolos cristianos, tales como la asociación entre el blanco de la pureza y el rojo de la sangre, las costuras, suturas, evidencian en su delicadeza un ritual de curación. Debajo de la aguja, hay un pequeño monitor de video incrustado que muestra a la madre de la artista cosiendo una envoltura de tela entorno a su hija (la hermana de la artista) colocada en posición fetal. El hilo también es rojo. La obra es la síntesis de un recuerdo infantil – Las largas horas en que Ana Claudia acompañó a su madre mientras cosía. También remite a un poema de Juan Manuel Roca que dice: “Aquí hay cielos absolutamente desnudos/ y mujeres encorvadas al pedal de la Singer/que hubieran podido llegar con su loco pedaleo/hasta Java y Burdeos/…”
Estas dos asociaciones parecen apuntar hacia una zona donde el recuerdo y las acciones mas cotidianas adquieren una calidad hipnótica que logra abrir la conciencia hacia otras vidas soñadas, una imaginación ajena a otra referencia temporal pasada, presente y futura. El rumor de la maquina cosiendo, es transtemporal como un arrullo o como un mantra.
El señalamiento que hace Máquina acerca de la relación madre e hija parece una metáfora de la biogénesis; es la vida que se prolonga en otra vida; la única forma de inmortalidad posible. La imagen de la hija cubierta por su madre-una preñez potencial-parece ubicarse en el lindero donde lo biológico se acopla con lo instintivo y precultural…..”
Texto de Carolina Ponce de León.