Jaime Ardila

(Colombia) 1942.

Jaime Ardila se graduó de Arquitectura en la Universidad de los Andes en 1966. En su juventud, Ardila estuvo inmerso en el mundo del cine y el teatro y a partir de 1970 se dedicó a la fotografía, aplicando la formación teórica que recogió de los libros y la experiencia práctica que adquirió directamente del trabajo en talleres fotográficos. Gran parte del trabajo de Ardila ocurría directamente en el laboratorio, donde realizaba complejos fotomontajes a partir de operaciones de recorte, superposición, repetición, solarización, entre otras. A través de estos procedimientos Ardila inauguró una nueva forma de entender la fotografía como proceso creativo en Colombia, siendo uno de los pioneros de la experimentación fotográfica en el país.

Sin título
Fotografía, Impresión análoga en gelatina de plata
28.5 x 28 cm
1971

Realizo mis primeros montajes fotográficos en noviembre de 1973 ante la necesidad de realizar dos fotomurales. Los montajes fotográficos surgen de la necesidad de realizar una obra de gran tamaño, en la cual era decisivo independizar dicha obra de las limitaciones inherentes a la proyección de una sola posición del negativo en la ampliadora. Una obra fotográfica de cuatro metros de longitud, hecha con base a una sola posición del negativo, conlleva implicaciones antieconómicas en cualquier sentido que se las considere.
Al asumir dos posiciones del mismo negativo, el fotomural se expande mucho más económicamente, tanto en el aspecto técnico como en el aspecto estético, pero particularmente en este último. De la combinación de dos posiciones del negativo resulta una imagen múltiple, y así no sólo cambia la idea tradicional del fotomural, sino que la imagen resultante entra en el terreno de lo irreal, y tenemos ya no una fotografía, sino la realización evidente de una imagen. Al final del proceso, la imagen es ilusoria –redundancia que no sobra–y aunque se tiene certeza del truco, también se tiene la certeza de haber visto una imagen, y no una realidad, ni la imagen de una realidad exterior.
En la frontera que separa materialmente y uno visualmente las dos fotografías es donde se forma la imagen. Por esta razón, esa frontera conlleva características gestoras, lo cual la hace importante ya que esa línea, o área de unión, se convierte en la generadora de la imagen resultante. El hecho de poder ver tanto el derecho como el inverso, como la imagen final, de un solo vistazo, implica el fenómeno de la simultaneidad como hecho plástico instantáneo. Es como oír toda una composición musical a través de un solo acorde, como recordar una secuencia cinematográfica a través de una sola toma fija, como advertir la disociación integrada de un hecho.


Jaime Ardila
Texto inédito (1974)