Estudios sobre el tiempo: lo irreversible 

Olga Huyke En blanco 008

Stavrogin: En el apocalipsis, el ángel anuncia que ya no existirá el tiempo.

Kirilov: Lo sé. Está dicho expresamente, de forma clara, inequívoca.
Cuando todos los hombres sean felices, ya no existirá el tiempo,
porque ya no hará falta. Una idea muy cierta.

Stavrogin: ¿Y dónde lo meterán?

Kirilov: En ninguna parte. El tiempo, al fin y al cabo, no es otra cosa,
sino una idea. Desaparecerá en el entendimiento.

Dostoievski, F. 1872. Los endemoniados

En el apocalipsis ya no existirá el tiempo, dice Dostoievski en la voz de Stavrogin. Pero mientras, nuestra noción de realidad ha dependido y seguirá dependiendo de ello: del poder que ejerce esta idea sobre nosotros y, a su vez, de nuestra necesidad por controlarlo. Así ha sido desde siempre. Desde la veneración al astro mayor fuente de toda vida, de la noción del día y de la noche. Desde aprehensión de su movimiento para poder instrumentalizar la sombra que produce y medir así el tiempo a través de los primeros relojes de sol. Desde que nos dimos cuenta que giramos alrededor de él, y no él alrededor nuestro. Desde que decidimos racionalizar su acontecer a través del andamiaje de pequeñas piezas mecánicas, a su vez circulares, siempre buscando controlar los instantes. Atrapar el sol. Porque hablar del tiempo es hablar del sol.

En Estudios sobre el tiempo: lo irreversible, Olga Huyke ha tratado precisamente de lograr eso: propone detenernos en el momento de la puesta de sol, ese que puede marcar tanto un fin como un inicio, y que se repite a diario como un ciclo. En otras palabras, extender en el tiempo ese instante que marca en sí mismo una noción de temporalidad. Para ello, se ha valido de fotografías y videos que le permiten capturar distintas puestas de sol y así poder deslocalizarlas, domesticarlas, manipularlas. Pero al mismo tiempo, tratando de recrear dicha experiencia a través de objetos cotidianos, como las linternas. Esto abre la posibilidad de ver la muestra como el conjunto de distintas manifestaciones domésticas de soles sostenidos en el espacio; pero también como la liberación al espacio a través de la luz del tiempo contenido en estos menesteres ordinarios.

En ambos sentidos, también podríamos decir que el proyecto de Huyke se propone la aprehensión trivial de un suceso sublime: de otra manera no podríamos encontrar atardeceres al interior de un espacio arquitectónico, o su transfiguración en un objeto palpable. Tal vez por esta misma razón la artista ha decidido sostener el mismo proceso de creación del proyecto en la web1. Por un instante, la artista ha logrado su cometido de perpetuar un momento a lo largo del tiempo. Por un breve instante, y es consciente de ello. Reconoce que este intento, a su vez, sucumbe ante la omnipresencia del tiempo, que absorbe la luz de las lámparas y vaporiza la energía de las linternas. Pero nos ha brindado la posibilidad de vislumbrar nuestro entendimiento de lo irreversible.

Dylan Altamiranda.

1 Olga Huyke ha documentado el proceso de Estudios sobre el tiempo: lo irreversible en el blog “Sostener un instante” (https://sosteneruninstante.tumblr.com/), el cual recopila el proceso de experimentación a través de fotografías, videos, links, entre otros archivos.