Declive Manifiesto

Antonio Castles

Desde 2012 las negociaciones entre el gobierno y las FARC y la implementación de los acuerdos han sido un eje transversal de la vida política nacional. En un primer momento la aprobación del plebiscito se daba por obvia, lo cual permitía cierto margen a la discusión de fondo. Al fin y al cabo, la consigna del gobierno giraba alrededor de la construcción de una paz estable y duradera. La simplicidad reduccionista de este problema, que parecía igualar la paz con la disolución de un actor del conflicto, exige preguntarse si en dicho escenario hubiera podido propenderse hacia la tan anhelada “prosperidad para todos”, y si el vehículo para ello sería solamente aumentar la capacidad adquisitiva. No obstante, tras la derrota que significó el plebiscito y frente a un contexto geopolítico global en el que la democracia mostraba sus patologías, parecía que esta versión incompleta y superficial de paz que proponía el gobierno incluso resultaba muy transgresora para la mayoría del electorado, por pequeño que haya sido el margen.

 La lavadora, electrodoméstico paradigmático, es un símbolo del desarrollo, el bienestar democrático y el avance tecnológico en función de las masas. La consigna débil del gobierno derrotado parecía cargar sobre su simplicidad un proyecto higienista, un nuevo mañana a partir de la limpieza. Desde la finalización de un conflicto armado para poder avanzar hacia la prosperidad económica a través de la extensión de la clase media, los torrentes invisibles de la historia se manifiestan en el sabotaje del proceso y la lavadora que prepararía el nuevo mañana se destruye desde su propia inercia.

 La ópera “Lucia di Lamermoor”, cantada por Enrico Caruso, fue escogida por Werner Herzog como la pista que sonaría durante el destrozo del barco de Fitzcarraldo río abajo en el Pongo. Dicho barco, el Nariño, fue comprado en Leticia para la producción de la película, y había sido, según Herzog, la sede de conversaciones de paz en la guerra colombo peruana. Luego de algunos años el barco quedó abandonado en algún atracadero fluvial de la amazonía colombiana. El coro de la ópera dice “Chi mi frena in tal momento?” (¿quién me frena en un momento así?).