Intersticios

Inauguración: 11 de marzo de 2023 | Cierre: 06 de mayo de 2023

Existen hendiduras y espacios ocultos. Allí hablan voces extrañas, memorias construidas a partir de vivencias propias, experiencias y secretos, que con esfuerzo y de manera arbitraria interrogan acerca de la existencia misma y las necesidades aún carentes en el alma, casi indecisas sobre si lo que quieren es ocultar o revelar, un idioma extraño junto al umbral de lo comunicable colocado en el terreno del arte.

Este primer ciclo de exposiciones del año 2023 plantea diferentes procesos en una visión tal vez contradictoria que va mutando para abordar la forma en que un ser quiere mostrar una imagen distinta y transfigurada. 

En Intersticios lo disonante y diferente es igualmente bello, incluso aunque esté fuera de los estrictos parámetros de la armonía y el balance, dando lugar a una búsqueda que permita reconciliarnos con nuestras más profundas contradicciones.

Intersticios incluye obras de Juan Betancurth, Santiago Betancur, Nicolás Gómez, María Leguízamo, Becky Mayer, Rosa Navarro, Felipe Lozano, Luz Adriana Vera, Ana Claudia Múnera, Norman Mejía, Umberto Giangrandi y Leonel Góngora.


Serie Nydia
Juan Betancurth

Foto performance. Fotografía polaroid
13 x 10 cm  (c/u)
2012

En 2012 estaba en medio de la producción de obra para una individual en el Abrons Arts Center de la Ciudad de Nueva York. Investigaba las relaciones entre lo doméstico y la domesticación y se me atravesaron una serie de memorias producto de un trabajo de psicoanálisis. 

Sin tener intención de llevar tanto la investigación como los indicios terapéuticos hacia vías catárticas, me propuse darle lugar al instinto y obedecer a las leyes de lo absurdo y fue así como decidí involucrar a mi mamá en un proyecto de foto performance, tomándola a ella como quien gestó en mí la idea de lo doméstico a través de sus acertadas maneras de domesticar a sus hijos. Inspirado en relatos de objetos de tortura y autocastigo de la edad media, desarrollé una serie de dispositivos basados en utensilios domésticos virados hacia una estética de instrumentos de placer y castigo. Invité entonces a mi amigo fotógrafo Benjamin Fredrickson a que viajara a Colombia y pasara una semana con mi mamá documentando las interacciones que se desarrollarán entre ella y mis dispositivos. El contexto navegaba entre el juego psicológico y los intersticios entre quién es/ qué es el cuerpo y quién objeto.

Las indicaciones fueron simples: Respetar lo espontáneo / dejar fluir el diálogo con el objeto / ser mi avatar (Benjamín), ser objeto fotográfico (mi mamá) / restringirse a la relación de tres partes propuesta: cuerpo, fotógrafo y objeto / no consultarme o buscar traducción durante los días de colaboración, mi mamá no habla Inglés, ni Benjamín español / por último solo fotografiar en Polaroid, quería jugar un poco con la idea de lo único, como ridículamente pienso se habla de la madre.

Los resultados de esta semana de experimentación performativa fueron poderosos entre una mujer adulta, tradicional, manipuladora y estricta, un fotógrafo con una reconocida trayectoria en la fotografía homo erótica y sexualmente explícita y mi propio interés en los objetos, en los que he encontrado un lenguaje que devela lugares ocultos del deseo.


Signos Vitales
Luz Adriana Vera

Video monocanal
1m 27s

Fotografía digital. Impresión Gicleé sobre papel
30 x 70 cm (c/u)
2021-2023

Signos vitales es un ejercicio de recopilación de un archivo fotográfico de lunares y otras marcas en la piel. Nace en el contexto de la pandemia, pero también en el contexto del duelo. Desde un interés por revisar la piel como el órgano más amplio del cuerpo y cómo esa superficie que nos permite acariciar, sentir y tener contacto con el otro.

El objetivo de la obra es metaforizar la vida a través del sonido. Un cuerpo vivo es un cuerpo sonoro, un cuerpo que emite y necesita ser escuchado. Bajo esta premisa Luz Adriana detalló personas cercanas y, a partir de la edición de tales fotografías, elaboró una partitura gráfica superponiendo un pentagrama donde los lunares marcan las notas, para finalmente ser interpretados desde dos formas: una de manera tradicional y otra, a través de la edición en video.


Serie Inflexiones
Nicolás Gómez Echverri

Acuarela sobre papel
35 x 25 cm (c/u)
2022

¿Uno puede alzarse a sí mismo? A partir de esta pregunta Nicolás Gómez inicia una serie de ejercicios y reflexiones sobre el cuerpo, el propio, el de los otros. Imágenes veladas al centro de la nada que se giran, brazos y piernas extendidas indicando el peso y movimiento de un cuerpo, que no sabe si va en caída libre, si se lanza, si se alza o si permanece inmóvil. La acuarela negra descubre donde la pincelada se vela y también se chorrea “dominando la situación y al mismo tiempo abriéndose al accidente”.

Alusión a las pinturas rupestres y a representaciones arcaicas de malabaristas y acróbatas, todas parecieran remitir al deseo de una especie de regreso al Edén. Algunos caen, otros huyen y otros seres acéfalos se desdoblan. No definir el rostro, no definir el sexo, no definir si son uno, si son dos, si son cuantos. Entonces los espectadores de estos dibujos, asistimos a una función que revela que hay que moverse como una suerte de absurdo, porque eso nos indica que estamos vivos.  

A lo largo de su trabajo, la producción plástica de Nicolás Gómez se ha asentado en una profunda reflexión sobre el paisaje y la materialidad, por ello no es azarosa su discusión aquí sobre el cuerpo que también deviene paisaje.


Serie Dolores
Serie Dos en un solo Ser. Bipolaridad
Santiago Betancur

Pintura. Acrílico y carboncillo sobre lienzo
129.5 x 107.5 x 2.5 cm (c/u)
2023

Dibujo. Lápiz sobre papel
20.2 x 13.7 cm (c/u)
2022-2023

La destrucción

A mi lado sin pausa el Demonio se agita;
A mi lado flota como aire intocable;
Lo bebo y siento cómo abrasa mis pulmones
ahogándome en un deseo culpable y eterno.

Adopta, a veces, pues conoce mi amor por el Arte,
la apariencia de la mujer más seductora,
y acudiendo a especiosos pretextos cobardes,
acostumbra mis labios a sus depravados hechizos.

Lejos de la mirada de Dios así me lleva,
Jadeante y deshecho por la fatiga, al centro
De las hondas y solitarias planicies del Hastío,

Y arroja ante mis ojos, de confusión repletos,
Vestiduras manchadas y entreabiertas heridas, 
¡y el sangriento artificio de donde habita la Destrucción!

Charles Baudelaire, Les fleurs du mal.


Latir, longitud
Ana Claudia Múnera

Vídeo 3m 54s 
1992

Esta pieza de video experimental muestra a la artista recorriendo vías de la ciudad de Medellín, a medida que se escucha su propia voz, fuera de campo, que repite cifras y datos, la mayoría de ellos numéricos, con extrema precisión sobre su biografía, sobre la Tierra y el universo. Tanto el caminar por los diversos trayectos como las cifras que simulan los códigos de los robots en el cine clásico producen un efecto sobrecogedor en el espectador: la vida humana, las cantidades de células vivas en un organismo, la noción del tiempo que pasa y la ubicación de un ser humano en el planeta y en el cosmos se convierten en una visión plena de sentido sobre lo que significa existir.


Serie La soledad en los tiempos de Netflix
Felipe Lozano

D. A. V. (Death Assisted volunteers)
Cryo
Egoo

Video monocanal

Estamos acostumbrados a crear vínculos que nos provean de afecto, pero también de significado: una pareja, un familiar, un amigo; lo que sea que nos haga sentir que somos amados, que estamos siendo vistos, o al menos monitoreados. En ese sentido, una interacción, por más mínima que sea, siempre implica la posibilidad de darle sentido a nuestra existencia. Incluso si es a través de una pantalla.

La Soledad en Tiempos de Netflix cuestiona el impacto que tiene el desarrollo tecnológico en las relaciones afectivas. Irónicamente, las herramientas que creamos para facilitar esas interacciones terminan aislándonos más. Como individuos inmersos en un sistema neoliberal, individualista y meritocrático, vivimos atravesados por el deseo de una vida autosuficiente, en la que podamos suplir nuestras necesidades, físicas y afectivas, con un clic.