Nociones de lo posible
Curaduría Espacio El Dorado
Junio 1 a Agosto 3 de 2024
Caracterizada por tomar diferentes aspectos que hacen parte de la realidad inmediata, desde su desarrollo ha brindado la posibilidad de crear una conciencia sobre ciertas situaciones relacionadas a circunstancias particulares y generales, estableciendo un lugar de enunciación. Proyecta un marco referencial hacía un contexto puntual y un acercamiento en tanto sus particularidades y nociones.
A inicios del siglo XX se situó principalmente como un elemento de registro que posteriormente permitió expandir su mirada hacia una más artística. De allí surge un trabajo de reconocimiento personal de lo que fue posible bajo su tradición visual y dio lugar al surgimiento de varias tendencias enmarcadas en distintos géneros como el paisaje rural y urbano, la fotografía social, el retrato, la cotidianidad, etc., además de dar inicio a la experimentación con la imagen fotográfica.
Tal reconocimiento provocó al mismo tiempo una transformación que continuó con la llegada de la contemporaneidad, y redefinió las formas de abordar la fotografía en sí misma, preguntándose por su quehacer y devenir. Se produjeron diferentes expresiones que ponían en discusión los límites de su ejercicio tomando los elementos que la habían hecho factible.
Gracias a ese escenario, se dio origen a una democratización que impulsaría el terreno para la exploración de sus cualidades técnicas, de representación y de su propia materialidad. Desde la fotografía análoga, el uso de químicos, búsquedas plásticas en laboratorios de revelado, la manipulación de la imagen fotográfica con fines conceptuales y estéticos, lo digital y la utilización de otras prácticas artísticas, varios artistas continuamente han dialogado con ella, pero también han expandido sus límites desde entonces.
En Nociones de lo Posible, la fotografía toma estos rasgos para abordar los diferentes lenguajes que la atraviesan. A partir de una perspectiva documental, artística y experimental, esta exposición plantea un recorrido por diversas manifestaciones desde las cuales se da cuenta de procesos históricos, políticos, sociales y plásticos en Colombia y otros contextos. Presenta la continua evolución que ha tenido su práctica como herramienta de expresión y comunicación en el marco de un sinnúmero de situaciones e ideas que han posibilitado a los artistas profundizar en las características formales que la definen.
Participan: Jaime Ardila, Carlos Caicedo, Fernando Cano, Antonio Castles, Hernán Díaz, François Dolmetsch, Alfred Eisenstaedt, Abdu Elajiek, Ida Esbra, Fernell Franco, Umberto Giangrandi, Francisca Jiménez, Camilo Lleras, Danny Lyon, Óscar Monsalve, Helmut Newton, Andrés F. Orjuela, Jorge Ortiz, Federico Pardo, Fernando Pareja, Alejandra Parra, Man Ray, Andrés Sierra, Alfonso Suárez, Sergio Trujillo Dávila, Becky Mayer, Fernando Urbina, Leo Matíz y Manu Mojito.
Serie Tesca
Danny Lyon
Pionero del nuevo documentalismo y uno de los fotógrafos más relevantes de la llamada fotografía comprometida, el trabajo de Danny Lyon se destaca por un rescate de primera mano de las historias vividas desde adentro. En sus fotografías y películas no solamente da cuenta de las situaciones sociales que atraviesan las comunidades que retrata, sino que se integra a sus modos de vida para así proponer una noción más certera de lo que allí acontece. Desde su experiencia narra las formas en que se manifiesta su cotidianidad a través de diferentes situaciones. Usualmente viviendo al margen de las normas sociales vigentes, Lyon presenta sus luchas con una mirada pura y sensible.
En 1966, con 22 años, Lyon realizó un viaje a Colombia. No por motivación particular sino por una cuestión del azar, característica de las vicisitudes del espíritu juvenil aventurero de los años 60. Cartagena sería el destino de una primera incursión a territorio nacional que lo traería de nuevo posteriormente.
Encontraría en el barrio Tesca un motivo para adentrarse en las dinámicas alternas dadas en la ciudad, viviendo en su realidad, conviviendo con lo allí presente, dialogando con personas y situaciones. Fiel a su interés por retratar realidades, contextos y particularidades inherentes a los diferentes grupos sociales y sus reivindicaciones. Allí un grupo de trabajadoras sexuales serían las protagonistas.
En una ciudad como Cartagena, ciudad usualmente conocida por su tradición turística e histórica, haciendo de ella un monumento de carácter patrimonial exaltado de esta manera y principalmente por entidades estatales, la serie “Tesca” da lugar a otra perspectiva. Aquí Lyon demuestra que, más allá de discursos oficiales, la vida se da en diferentes esferas muchas veces condicionadas a las formas de existencia de quienes habitan la ciudad, transgrediendo una tradición generalizada y evidenciando otras realidades.
Una serie de fotografías que da lugar a otros modos de entender un lugar, su gente y sus características. Antepone una mirada intimista y natural. Estas modelos revelan nada más que su propia identidad y valor. Da relevancia a otras circunstancias, desenmarcadas de una directriz mediada por normas abstractas que han intentado sin éxito acoger en un mismo plano social su disidencia.
Los niños abandonados
Danny Lyon
En 1972, luego de su primer viaje a Cartagena en 1966, Danny Lyon regresaría a Colombia. Esta vez a la ciudad de Santa Marta. En su paso por la ciudad fue víctima de la cotidianidad de una manera particular. Allí fue testigo de un grupo de niños que, por cuestión del azar, se le acercaron para pedirle comida mientras se encontraba en un restaurante acompañado de su pareja y amigos. Lyon en aquel viaje a Santa Marta decidió fotografiarlos, cautivado por la naturaleza de la escena.
Tal momento mantuvo profundamente sorprendido a Lyon, quien posteriormente regresaría a Santa Marta en 1974, para buscar, encontrar y seguir a aquellos niños que había fotografiado meses atrás con el ánimo de saber el porqué de esa situación que le había pareció tan llamativa en su momento. Tal vez por una idea preconcebida de lo que un niño debe esperar de una sociedad en la que se forma, Lyon se preguntó por sus condiciones y pronto descubriría que estos niños vivían en total abandono. La calle era su hogar y su vida transcurría en medio de los ires y venires de una ciudad que no los determinaba.
Encontró tal realidad digna de retratar. Entabló contacto con ellos para dar voz a sus circunstancias e historias. Los acompañó en su día a día, sin interrumpirlos, sin preguntas, sin condiciones, sin poner por encima de sus propias imágenes alguna mediación narrativa. Capturó con su cámara las actividades, gestos y perspicacias propias de su carácter ambulante y desamparado.
A través de diferentes lugares de la ciudad que ocupan para dormir, jugar, mendigar o simplemente pasar el rato, Lyon devela la inocencia, sencillez, sensibilidad y dignidad que existe detrás de su autodeterminación, pero también y, a raíz de su modo de vida, compromete directamente las actitudes de una sociedad que busca un desarraigo hacía fenómenos como la precariedad, el abandono, la marginalidad y la pobreza. Fenómenos que dejan huella de una verdad presente en la construcción sistemática de un orden definido e inmaculado.
Exposición colectiva: