Publicación ‘En el Jardín de Epicuro’

 

 

Precio:$ 5.000

Acerca de

Hacia el año 306 A.C. Epicuro se estableció a las afueras de Atenas y creó un espacio en el que eran admitidas personas de toda condición y clase: mujeres, esclavos, prostitutas, seres virtuosos y disolutos. Este encuentro de individuos era uno de los ejes fundamentales de su doctrina, y un hecho inusual para una escuela filosófica.

Concebido ante la decadencia de la democracia ateniense y su ágora, y con la intención de avanzar sobre ellas, el “Jardín” fue un lugar de indagación sobre los principios orientadores del ser social y no necesariamente un centro de enseñanza para discípulos nuevos, pero sí, fundamentalmente, un centro de reunión y de convivencia entre sujetos que compartían una forma de entender la existencia y el mundo.

Esta escuela propuso la ética del placer, afirmando que el objetivo de una vida feliz consistía en la ausencia del dolor, tanto físico como moral. En este sentido señalaba que la ataraxia (serenidad) era indicativa de la ausencia de ansiedad o perturbación, así como de cualquier tipo de aflicción, bien fuera de índole física, como el hambre o la tensión sexual, o mental, como el aburrimiento o la apatía. Epicuro plantea la filosofía como indagación por la felicidad humana, una reflexión acerca de los temores que agobian a los hombres: el miedo a la muerte, el miedo a los dioses, el deseo desmesurado de placeres y el miedo al dolor, así como la lucha contra los prejuicios establecidos por la sociedad.

Este ciclo de exposiciones invita a repensar un mundo en el que sea posible ser y entenderse sin apelar a metodologías clasificatorias y segmentarias y, particularmente, por fuera de comprensiones normativas de género, genealogía y descendencia. También para reflexionar sobre el nacimiento y el origen sin la idea de maternidad y poder incluir otras subjetividades libres, contestarias, desobedientes y escandalosas que permitan deconstruir los conceptos de identidad, tipo, sexualidad, heteronormatividad y deseo. Así, podremos crear vínculos que se transformen en lazos afectivos de cuidado y protección mucho más fuertes que los consanguíneos y que desafíen los actuales imaginarios de familia, reproducción y amistad, conformando un estado de solidaridad que transgreda lo establecido y reivindique al otro en todas sus dimensiones. En fin, buscar una sociedad en la que podamos vivir tranquilos, vivir sin miedo, como #EnElJardinDeEpicuro.

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