Ser excavación 

Carolina Borrero En blanco 009

Cuando la mano se hunde para extraer la tierra, se crea un
vacío donde la mano ha pasado: la tierra se mezcla, la escultura
toma forma. El vacío de la carne se transforma en tierra.

Guiseppe Penone

El estudio estructural de las capas de la piel, la tierra y la cutícula de una planta, deja entrever una correlación de funciones, formas y mecanismos de defensa que delimitan un cuerpo, y que al entrar en contacto con otro cuerpo, crean todo un sistema de coexistencia.  A partir de esta premisa, surge Ser Excavación, una serie de procesos plásticos que nacen del ejercicio de transformar y reestructurar materia vegetal recuperada de la Sabana de Bogotá, para convertirla en una huella de la relación que hemos construido con este territorio.

A partir del acto de excavar como metáfora, se tejen una serie de reflexiones acerca del traspaso de los limites naturales de los cuerpos como acto de transformación. Excavar en últimas es la acción de sacar algo que está bajo la tierra, revolver, agredir las capas del suelo para hacernos con aquello que buscamos, sin embargo, en esta búsqueda se halla intrínseca una relación propia de coexistencia, pues cuando el ser humano transforma un territorio, también transforma su propio cuerpo.

De lo anterior surgen una serie de indagaciones acerca de las actividades extractivas que se llevan a cabo en los páramos de la sabana, en un primer momento, se trata de un estudio  de la representación técnica del territorio o columnas estratigráficas contrastadas con capas de la piel humana, ambas son almacenes de agua y energía, lugares de exploración y receptáculos de las transformaciones, pero en últimas, son un señalamiento de los recursos aprovechables de un territorio. 

Bajo esta premisa, se presenta un estudio de la muerte de un conjunto de plantas de páramo que pierden la capacidad de absorber agua al morir, como analogía de la extracción de recursos que deriva en suelos infértiles; el proceso de producción de las imágenes, consiste en convertir la madera y las hojas secas que componen estos troncos en tinta y con esta como materia prima, se realizan dibujos con base en fotografías de los troncos muertos, a medida que se dibujan más copias, estas se hacen de presencia más débil porque el recurso se agota. 

Finalmente, una serie de piezas que nacen a partir de ponerse en la piel de la tierra, aquí, el proceso mismo se convierte en índice de las similitudes estructurales entre las pieles -humana, vegetal y terrestre- y del efecto de transgredirlas. El ejercicio consiste en transcribir la acción de extraer sobre una planta hallada en un páramo cercano a Bogotá: retirar todo su interior para que la cutícula, seca y sin vida, se convierta en un testigo de lo que hacemos con la tierra y con nosotros mismos.