Notas de un fotógrafo
Curaduría Ediciones Réplica
Uno de los errores que cometen los fotógrafos cuando se alían con las letras es creer que existirá un diálogo entre palabra e imagen, señala Jaime Ardila en la introducción de su texto Notas de un fotógrafo, publicado en la entrega número 191 de la revista cultural colombiana ECO en septiembre de 1977.
En el archivo de Jaime se encuentran varios manuscritos en hojas quemadas parcialmente por el sol y textos mecanografiados corregidos con esfero de tinta azul, que preceden la edición final de estas notas. Su escritura y conceptualización -como se puede intuir en la introducción de las notas- no es un ejercicio deliberado desde el inicio, sino que surge con la intención de darle forma y orden a unas «notas aparentemente dispersas» que Jaime rescató de libros en varios idiomas, así como de diarios y hojas sueltas en las que consignó durante algunos años su concepción de la fotografía y del ejercicio de fotografiar.
Esta exposición, que parte del concepto editorial del libro Notas de un fotógrafo de ediciónesréplica, publicado 46 años después de las notas originales, reúne las fotografías que Jaime y su colega Camilo Lleras produjeron en paralelo a la escritura y posterior publicación de las notas. Las declaratorias en cada texto manifiestan obsesiones y cuestionamientos que Ardila y Lleras abordaron en su obra fotográfico realizada entre las décadas del setenta y ochenta: desde la insistente disputa entre fotografía y pintura que resuena en los ensayos fotográficos hechos a pintores colombianos, hasta la influencia del cine que atraviesa de manera transversal sus imágenes y que se puede percibir con gran lucidez en las secuencias narrativas de Camilo. Al transcribir las notas se dejaron algunos errores de sintaxis que no interfieren con la interpretación.
Tanto la exposición como el libro, surgen de la asociación inevitable que se da entre imágenes e ideas al leer las notas conociendo las fotografías que comprenden el archivo de Jaime y Camilo. Sin embargo, este ejercicio va en contravía de las intenciones de Jaime cuando señala que uno de los errores que cometen los fotógrafos es creer que existirá un diálogo entre palabra e imagen. El concepto de esta exposición parte de esta contradicción, por l que el objetivo no era construir una lectura unidireccional de texto-imagen, sino permitir asociaciones libres entre unas palabras y unas fotografías que comparten espacio en el mismo archivo. La agrupación entre palabra e imagen sugerida en el espacio se da a através de la numeración que permite asociar una nota con una imagen, pero cada lector/espectador puede establecer relaciones distintas con cada nota, e incluso omitir las imágenes durante la lectura de las notas cumpliendo con la premisa del autor.



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